martes, 19 de junio de 2007

Biella Da Costa: "El reto de dar clases es encontrar la manera de comunicar lo que sabes"


Biella Da Costa es sorprendente. El tono de su voz al hablar, cálida y baja, desconcierta cuando se le ha visto sobre el escenario impactante e imponente interpretando jazz con sabor latino y personalísimo. Su sencillez es una marca que atraviesa los diferentes papeles que desempeña: como madre de una niña de siete años, como esposa del compositor y guitarrista Álvaro Falcón y como artista, el rol en el que bien se le conoce públicamente y desarrolla en sociedad con su esposo.

En estos días la cantante ha pasado por experiencias maravillosas, que incluyen un concierto en Canadá, donde los aplausos se extendieron largos para un bis, otra presentación en Argentina, al lado de figuras como Andrea Echeverri –la líder de Aterciopelados- y como Haidé Milanés (la hija de Pablo, el de la Nueva Trova). Sin embargo, la experiencia más impactante de Biella por estos días tiene que ver con la grabación del disco La Pasión según San Marcos de Osvaldo Goligov. Esta experiencia la vivió junto a la Shola Cantorum de Caracas y el sello Deutche Gramophon, a través de un disco producido por Gustavo Santaolalla, quien acaba de ganar, nada y nada menos, que el premio Oscar por la música de la película Babel –el año pasado ya se había ganado otro por Brokeback Mountain; además ha sido galardonado con once Grammys-.

Esta profesora que con frecuencia camina los espacios del IUDEM, con su frondosa cabellera negra al aire, ha alternado con importantes figuras y agrupaciones internacionales, entre las cuales hay destacar a Eric Clapton, Ray Charles, Chuck Mangione, David Sanborn, Dave Valentin, Néstor Torres, Roberto Perera, Poncho Sánchez, Chucho Valdéz, Sangre, Sudor y Lágrimas, Steve Khan & The Caribbean Jazz Project y Djavan, entre otros.

Ciudades de Suiza, Alemania, España, Holanda, Australia y Estados Unidos han facilitado sus escenarios para el itinerario de esta caraqueña, que en un día decidió que su destino era musical.

¿Pero cómo ocurrió este proceso? ¿Qué la impulsó a desarrollar esta carrera?

Los inicios

Los primeros pasos de Biella dentro del mundo artístico los dio en el Liceo Gustavo Herrera, donde comenzó a tocar la flauta dulce. Allí había una coral que dirigía la profesora Consuelo Barriteu, quien la impulsó a seguir. Ella, de algún modo, descubrió el potencial artístico de la muchacha y la estimuló a inscribirse en la Escuela de Música José Ángel Lamas.

Corrían los tiempos en que esta escuela era dirigida por Eric Colón. Jóvenes docentes como Federico Ruiz e Inés Feo La Cruz impartían clases dentro de esta institución.

Biella estudió primer año de solfeo con el compositor Federico Ruiz. La soprano Sara Catherine era compañera de estudios. El profesor de canto de ambas era Francisco Kraus. Con él, Biella se introdujo en el conocimiento de las técnicas para el manejo de la voz.

- El repertorio era bastante rígido para mi gusto. Comencé a explorar hacia el universo del pop-rock… En ese momento seguía a cantantes como Aretha Franklin. Quería hacer con la sofisticación de la música clásica y la alegría de lo popular.

Pensó irse a Inglaterra a seguir estudios con una beca de Fundayacucho, pero la vida la condujo por otros derroteros: la de los cantantes de la nueva producción venezolana de los años ochenta.

Biella comenzó a cantar de noche, con éxito. Esto le permitió el conocer la otra cara del trabajo artístico, la que tiene que ver con el vínculo directo con el público. Ya entonces desbordaba feeling, lo cual la condujo a la interpretación de géneros con altas exigencias vocales como el jazz y el blues.

En la década los ochenta

- En esa época conocí a Álvaro Falcón. El venía de Berkley College of Music. Vino a producir un disco de Franco De Vita, Ilan, toda esa gente que en la época comenzaba a destacarse. Había guitarristas, bateristas... músicos de todo tipo... para formar talento. En ese grupo estaba yo como cantante.

En efecto, Álvaro Falcón venía de hacer realidad sus aspiraciones musicales. Él se había graduado en la Universidad Central como Ingeniero Mecánico y había viajado a California donde estudió música. Al regresar a Venezuela su reconocido talento llamó la atención de quienes impulsaban la nueva producción musical venezolana de los años ochenta. Por eso, le llamaban para apoyar a los nuevos valores. Entre ellos además estaban Ilan Chester, Frank Quintero, Franco De Vita, Aguilar, Colina, Melissa y muchos nombres más.

Franco De Vita, por ejemplo, reunió canciones para un disco de Biella, pero lamentablemente, por razones personales, ella tuvo que retirarse del grupo. Sin embargo, la cantante siguió su rumbo, con producciones propias que tienen seguidores y le han ganado su espacio dentro del mundo musical. En el camino acompañado en el coro las presentaciones de su amigo De Vita en países como México, Ecuador y muchos otros, donde también se presentó como solista.

- Viajaba y estaba muy bien. Empecé a cantar jazz en la noche.

Allí fue cuando, en 1992, Empresas Polar le propuso la grabación del disco Sólo Jazz. Después empezaron a ponerlo en la radio.

El segundo disco de Biella, Jazz & Blues, fue patrocinado por PDVSA, en tanto el de Navidad lo fue con Sodexho Pass. Con el sello Kasa Blanca grabó un disco en el cual participaron figuras como Nené Quintero e Iván Velásquez.

La biografía publicada en la página oficial de Biella (www.bielladacosta.com) dice que ha sido galardonada en dos ocasiones con el Premio Nacional del Artista. En 1994 se le reconoció como “Revelación Musical del Año” y en 1996 como “Cantante Femenina del Año”. Entre sus discos destaca El Sueño realizado con la banda de rock Casablanca, SOS Recs (1990), Solo Jazz (1992), y Jazz & Blues (1995).

Su participación en el disco Monk In The Sun, un homenaje de artistas norteamericanos a Thelenious Monk, es algo que hay que resaltar, gracias a su limpia interpretación del tema 'Round Midnight, grabada con el sello Solar Jazz/Blue Herat Records (1996). Lo mismo hay que decir del tema El Catire, grabado para el disco Jazz desde Aldemaro (1999): Una prueba de su versatilidad vocal y de una personalidad musical inconfundible.

Biella Da Costa es también docente. Forma parte de la nueva generación de profesores del Instituto Universitario de Estudios Musicales, en los programas de Extensión del área de Canto Popular y Jazz.

La historia de la docencia

- Llamaron a Álvaro del IUDEM para que diera clases como docente. Pensábamos que el IUDEM era para música clásica. Álvaro tuvo que diseñar el programa. Empezó a armar una pequeña idea de cómo transmitir la información. Horacio Aguilar me preguntó por qué yo no me animaba a dictar clases también. Finalmente ocurrió... Estoy aquí... Mi preocupación era cómo transmitir esa información...

En esa búsqueda por comunicar lo que sabía hacer, Biella dice que ha aprendido muchísimo.

- He tenido que aprender. Me ha servido a mi más que a los alumnos. Investigar la mecánica vocal y buscar información musical ha sido uno de los mayores retos, al igual que transmitir esa información a la gente para que puedan sacarle provecho.

Cuando retomamos el recorrido de su carrera artística nos dice Biella que su gran sueño es hacer un trabajo con temas propios, con composiciones originales. “Soy muy exigente”.

Biella, la cantante, la muchacha caraqueña que un día decidió que su mundo era la música, la artista de voz cálida y sofisticada a quien la comunidad iudemista ve a diario en algún salón, la biblioteca o el cafetín, es fuente de conocimiento artístico nacido de la cátedra y una experiencia decisiva: la del encuentro con el público. El sello de su sistema pedagógico empieza a descollar en nuevas figuras de los escenarios caraqueños.

[Entrevista por Isabel Blanco]

No hay comentarios.: